sábado, 15 de marzo de 2008

Las mediocridades y el manejo del espacio


Los orígenes de la organización espacial de los equipos de “trabajo”

Érase que una vez la Institución estuvo en estado de obra por refacciones… Un grupo de mediocridades ocuparon entonces la mitad de ella…
En aquel entonces nos dirijimos al Jefe: “¿Y vamos a poder utilizar este espacio para hacer actividades con la población?”. A lo que aquel respondió: “Acá no puede entrar nadie que no trabaje en la Institución: es el área de esparcimiento del Personal”. Y, vaya el poder de la palabra de la Autoridad, era así realmente y así consiguió serlo: mediocridades y más mediocridades ocupaban sus jornadas laborales en esparcirse colectivamente, dejando atrás las viejas épocas donde no quedaba otra que esparcirse aisladamente y con cola de paja. Las mediocridades esparcidas construían lazo social, dejando atrás el individualismo y la soledad; era el sueño de los trabajadores unidos en la acción colectiva (ahora contrataban a una cocinera para que cocinara en el almuerzo, o hacían asado, delatando la acción colectiva con intensos aromas que también se esparcían, pero por toda la Institución).
Así fue que la mitad de la Institución funciona atendiendo (mal) al público, y a la otra mitad algunas lenguas insidiosas la conocen como “el esparcimiento”.

Érase que estando aquella Institución en refacciones, algunas mediocridades –que no se llevaban bien con las otras mediocridades por considerarse estas “último orejón del tarro” (sic)- vieron el momento oportuno para desplegar su estrategia. Siendo que aquella Institución se encontraba inserta en un barrio muy pobre (qué asco), en los últimos meses había surgido una Nueva Institución en un barrio comolagente. Además, una mediocridad amiga había movido unos cuantos hilos a lo largo de los años, hilos que le habían posibilitado erigirse como Jefa de la Nueva Institución. “Jefa” es un modo de decir: la Nueva Institución era realmente su segundo hogar, ella tenía las llaves e iba por las noches y los fines de semana, mientras sus mediocridades amigas comentaban “es una genia” sin reparar en que usaba una Institución Pública para fines privados…
Pero en fin, volvamos al hilo del relato antes de irnos por las ramas en el hilo de las marionetas: El grupo de mediocridades de aquella Institución, veníamos comentando, vio entonces la gran oportunidad que se habría y consiguió instalar la creencia de que en el barrio muy pobre (qué asco) no era posible hacer trabajo comunitario, pero sí en el barrio comolagente. Así fue que el equipo de mediocridades disidentes se trasladó de Institución, encontrando un lugar más afín para su esparcimiento de último orejón del tarro.

1 comentario:

Epicee dijo...

Gente....todo bien con el blog, pero si vamos a botonear voy a empezar por ustedes!!!......

no se escribe inconcruencias, se escribe inconGruencias!!!

jajajaja


Saludos